El presidente del Congreso, Alexander López, ha firmado una reforma constitucional que reduce las vacaciones de los senadores y representantes, también conocido como receso legislativo.
Esta reforma busca mejorar la percepción ciudadana del Congreso y aumentar la productividad legislativa al reducir el receso de cuatro meses a tres meses al año. Sin embargo, se establece una excepción en años electorales, donde los congresistas mantendrán un receso de cuatro meses.
Según un análisis de datos, los congresistas no solo tienen un receso de cuatro meses, sino que también aprovechan poco los ocho meses restantes de sesiones. En promedio, los congresistas de la Cámara de Representantes sesionan solo tres horas a la semana en las comisiones constitucionales y 12 horas en la plenaria. Esto contrasta con las 47 horas de trabajo que los colombianos realizan en un mes, lo que representa menos de una tercera parte del tiempo.
El análisis también revela disparidades en el funcionamiento de las comisiones, con algunas sesionando más que otras. Por ejemplo, la Comisión Primera, con mayor carga legislativa, sesionó en promedio 5,8 horas a la semana, mientras que la Comisión Cuarta solo lo hizo 1,7 horas por semana. Además, se destaca que la Comisión de Acusación se reunió solo dos veces en todo el semestre pasado, lo cual genera preocupación.
¿Un nuevo congreso se avecina?
Esta reforma constitucional busca mejorar la percepción ciudadana del Congreso y aumentar la productividad legislativa al reducir el receso de los congresistas. Sin embargo, es importante que se realice un seguimiento y una evaluación continua para garantizar que los legisladores cumplan adecuadamente con sus responsabilidades y aprovechen el tiempo de sesiones de manera efectiva.
El análisis de datos sobre el tiempo de trabajo de los congresistas resalta la necesidad de una mayor rendición de cuentas y transparencia en el desempeño de sus funciones. Los ciudadanos deben poder confiar en que sus representantes están dedicando suficiente tiempo y esfuerzo a la legislación y a la toma de decisiones en beneficio del país.
Además, es importante promover una cultura de trabajo más eficiente y comprometida en el Congreso. Se deben implementar mecanismos que incentiven a los legisladores a aprovechar al máximo su tiempo de sesiones y a participar activamente en las comisiones y en la plenaria, garantizando un debate constructivo y una deliberación adecuada de los temas clave para el país.
En última instancia, esta reforma constitucional es un paso en la dirección correcta para mejorar la imagen y la productividad del Congreso. Sin embargo, es necesario que se continúe trabajando en el fortalecimiento de las instituciones y en la promoción de una cultura política que esté verdaderamente comprometida con el servicio público y con el cumplimiento de las responsabilidades legislativas en beneficio de la ciudadanía y el país en su conjunto.