En el año 2020, se sometió a tres enfermeras y a una empleada doméstica, que trabajaban para el padre de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, a pruebas de polígrafo debido a sospechas de hurto en la residencia.
Estas mujeres fueron identificadas como
Luz Duarte, Lina Marcela Burbano, Cesia Rodelo y Dily Banquett, quienes eran empleadas de Álvaro Ramírez Suárez, padre de la vicepresidenta.
Los incidentes de hurto comenzaron cuando el padre de la entonces vicepresidenta notó la desaparición de ropa y alimentos en su casa. En otra ocasión, se percató de la falta de 20.000 pesos y decidió tomar medidas al respecto. Como resultado, las enfermeras y la empleada doméstica fueron llevadas en un vehículo oficial hasta el edificio Luis Carlos Galán, ubicado frente a la Casa de Nariño, donde se encuentra la Presidencia de Colombia. Allí, en el sótano del edificio, fueron sometidas a las pruebas de polígrafo.
La
Revista CAMBIO pudo contactar a dos de las empleadas sometidas a las pruebas. Una de ellas accedió a hablar con la condición de mantener su identidad en reserva. Afirmó que no se sintió obligada a realizar la prueba y que estuvo de acuerdo en hacerla debido a las constantes pérdidas de objetos en la residencia. Según su relato, se le informó que si no deseaba realizar la prueba, podía abstenerse sin consecuencias. Sin embargo, se utilizaron recursos públicos, incluyendo equipos y personal, para investigar a las empleadas sospechosas de pequeños robos en la casa del padre de la vicepresidenta, un asunto que no guarda relación con la seguridad nacional. Según la empleada, las pruebas no se utilizaron como base para despedir a nadie, ya que todas continuaron trabajando hasta que cada una decidió no seguir en ese lugar.
Por otro lado, Luz Duarte, una de las enfermeras sometidas al polígrafo, mencionó que las otras tres mujeres dejaron de trabajar poco después de las pruebas, pero explicó que renunciaron por motivos personales y que ella también se retiró más adelante debido a la pandemia, sin especificar la cantidad exacta de días después del polígrafo.
El fiscal general, Francisco Barbosa, se refirió al caso de
Marelbys Meza, quien también fue sometida a las mismas pruebas de polígrafo en el mismo lugar. En una entrevista, Barbosa afirmó que el polígrafo es un mecanismo indicador utilizado en el marco de la seguridad nacional, pero no en asuntos privados. Además, destacó que ese tipo de prácticas no se habían llevado a cabo desde la época del antiguo
Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y el Sistema de Inteligencia Colombiano (SIC).
La utilización del polígrafo contra estas empleadas particulares plantea dudas sobre si la vicepresidenta
Marta Lucía Ramírez estaba al tanto de estas pruebas. Aunque la defensa de
Laura Sarabia ha argumentado que el robo en la casa de la exjefa de Gabinete representa un riesgo para la seguridad.Además de los hechos mencionados anteriormente, se destaca la respuesta de la exvicepresidenta
Marta Lucía Ramírez cuando fue contactada por la Revista CAMBIO para obtener información sobre el caso. Ramírez afirmó no recordar el episodio y expresó desconocimiento sobre los detalles de las pruebas de polígrafo realizadas a las empleadas de su padre. En sus propias palabras: "
¿Sabe que no estoy enterada? Yo creo que sí hubo un hurto a mi papá recién mi mamá se murió, pero no estoy enterada de cómo habrá sido eso, eso lo estaban trabajando con la agencia que tenían las enfermeras, pero no sé qué habrán hecho (...) La verdad no estoy enterada. La verdad no tengo la información de qué fue lo que se hizo en ese momento tendría que averiguar a ver qué fue".Esta declaración plantea interrogantes sobre si la exvicepresidenta estaba realmente al tanto de las pruebas de polígrafo llevadas a cabo en instalaciones del palacio presidencial. Resulta difícil de creer que tres enfermeras y una empleada doméstica hayan sido sometidas a dichas pruebas sin que Marta Lucía Ramírez tuviera conocimiento de ello.
La falta de conocimiento o la negación de responsabilidad por parte de la exvicepresidenta generan dudas sobre su implicación en este episodio y sobre la transparencia en la gestión de asuntos relacionados con la seguridad y la administración pública. La investigación paralela realizada por la seguridad de la Presidencia en el caso del robo a Laura Sarabia también plantea cuestionamientos sobre la supervisión y el control de dichos procesos dentro de la institución gubernamental.
En conclusión, la falta de claridad y las respuestas contradictorias en torno a la participación y conocimiento de la exvicepresidenta
Marta Lucía Ramírez en las pruebas de polígrafo realizadas a las empleadas de su padre y en la investigación paralela del robo a
Laura Sarabia generan un ambiente de incertidumbre y cuestionan la integridad en la toma de decisiones y la gestión de asuntos de seguridad en el ámbito gubernamental.