Residentes de los edificios en el barrio Varsovia, reportaron que una discoteca ubicada en la calle 60 con avenida Mirolindo estaría operando con niveles de ruido que, según denuncian, superan los límites establecidos y afectan el descanso desde el jueves hasta la madrugada del lunes, pese a órdenes judiciales previas que exigían controlar el volumen.
La comunidad afirma que el ruido se ha convertido en un problema crónico. Desde los apartamentos más altos, indican que las vibraciones del sonido atraviesan paredes y ventanas, generando una sensación constante de “estruendo nocturno”. Varios habitantes aseguran que el sonido no solo es fuerte, sino que se extiende durante toda la noche, complicando las rutinas laborales y académicas de quienes deben levantarse temprano.
Por: Editor Ibagué, Tolima7dias.com.co
Hernán Moreno, residente de unos de los conjuntos, describió la situación en términos contundentes: “Yo vivo en el piso 13 y se escucha como si el evento fuera dentro del apartamento. Las madrugadas son insoportables”.
El conflicto no se limita al sector residencial. Personal médico de centros de salud cercanos también ha señalado que la contaminación auditiva afecta a pacientes que requieren reposo, lo que agrava las quejas de la comunidad.
Jhon Niño, otro habitante, recordó que existen decisiones judiciales que obligan al establecimiento a disminuir los decibeles. Sin embargo, afirma que el cumplimiento ha sido irregular. “Habían bajado el volumen, pero volvió a subir. El sonido se expande en toda la zona”, señaló.
Otros vecinos, cuestionan la capacidad de control en el sector. “La música empieza a finales de la semana y se mantiene hasta la madrugada. La gente necesita descansar, pero aquí eso es imposible”, afirmó.
Los residentes piden verificaciones inmediatas por parte de las autoridades ambientales y policiales, así como sanciones si se confirma el incumplimiento de las normas de ruido.
Consultado por este medio, el director de Justicia, Mauricio Gutiérrez, informó que ya se han atendido varias denuncias y que se fortalecerán los operativos en coordinación con la Policía para realizar nuevos controles en la zona.
La comunidad insiste en que continuará denunciando hasta que se adopten medidas efectivas que garanticen silencio nocturno y cumplimiento de la normatividad en el sector.
Tolima7dias.com.co Sabe lo que dice.
Residentes de los edificios en el barrio Varsovia, reportaron que una discoteca ubicada en la calle 60 con avenida Mirolindo estaría operando con niveles de ruido que, según denuncian, superan los límites establecidos y afectan el descanso desde el jueves hasta la madrugada del lunes, pese a órdenes judiciales previas que exigían controlar el volumen.
La comunidad afirma que el ruido se ha convertido en un problema crónico. Desde los apartamentos más altos, indican que las vibraciones del sonido atraviesan paredes y ventanas, generando una sensación constante de “estruendo nocturno”. Varios habitantes aseguran que el sonido no solo es fuerte, sino que se extiende durante toda la noche, complicando las rutinas laborales y académicas de quienes deben levantarse temprano.
Por: Editor Ibagué, Tolima7dias.com.co
Hernán Moreno, residente de unos de los conjuntos, describió la situación en términos contundentes: “Yo vivo en el piso 13 y se escucha como si el evento fuera dentro del apartamento. Las madrugadas son insoportables”.
El conflicto no se limita al sector residencial. Personal médico de centros de salud cercanos también ha señalado que la contaminación auditiva afecta a pacientes que requieren reposo, lo que agrava las quejas de la comunidad.
Jhon Niño, otro habitante, recordó que existen decisiones judiciales que obligan al establecimiento a disminuir los decibeles. Sin embargo, afirma que el cumplimiento ha sido irregular. “Habían bajado el volumen, pero volvió a subir. El sonido se expande en toda la zona”, señaló.
Otros vecinos, cuestionan la capacidad de control en el sector. “La música empieza a finales de la semana y se mantiene hasta la madrugada. La gente necesita descansar, pero aquí eso es imposible”, afirmó.
Los residentes piden verificaciones inmediatas por parte de las autoridades ambientales y policiales, así como sanciones si se confirma el incumplimiento de las normas de ruido.
Consultado por este medio, el director de Justicia, Mauricio Gutiérrez, informó que ya se han atendido varias denuncias y que se fortalecerán los operativos en coordinación con la Policía para realizar nuevos controles en la zona.
La comunidad insiste en que continuará denunciando hasta que se adopten medidas efectivas que garanticen silencio nocturno y cumplimiento de la normatividad en el sector.
Tolima7dias.com.co Sabe lo que dice.
Padres de familia, representantes de los colegios Antonio Nariño y Bicentenario, exigieron aclarar el futuro de la Fundación Fe y Alegría luego de semanas de incertidumbre y versiones contradictorias sobre la continuidad de la concesión para el año académico 2026.
La preocupación estalló cuando surgieron dudas sobre un posible paso de ambas instituciones a administración pública. Padres denunciaron falta de información clara y oportuna por parte de la Secretaría de Educación, lo que desencadenó reuniones de emergencia para conocer quién asumiría el control de los colegios.
Por: Editor Región, Tolima7dias.com.co
En un encuentro reciente con la comunidad, el secretario de Educación confirmó que la concesión con Fe y Alegría será renovada para 2026, decisión adoptada —según indicó— tras revisar los últimos 12 años de operación de la entidad y su impacto en los estudiantes. “Se evaluaron los resultados obtenidos y se proyectó la continuidad del modelo para el próximo año académico”, señaló durante la reunión, según narró la representante de los padres, Sandra Correa.
Antes del anuncio, varios acudientes habían advertido que la incertidumbre estaba generando alarma entre los estudiantes y temor a cambios abruptos en los procesos educativos. También se mencionó que la falta de comunicación oficial abrió espacio para rumores sobre el retiro de la fundación.
Con la confirmación, los padres cerraron el ciclo de reuniones y dieron por resuelto el punto crítico de la discusión, que era conocer quién administrará las instituciones durante 2026.
La comunidad educativa pide mantenerse informada por canales oficiales para evitar nuevos episodios de desinformación y exige claridad oportuna sobre cualquier cambio futuro en la administración de los colegios.
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