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Por Juan Guillermo Hernández Lombo @JHernandezLombo

El próximo 29 de octubre se convierte en la fecha oficial en la que el conteo regresivo para la realización de las próximas elecciones locales, marcará 12 meses restantes; serán entonces 365 días los que nos queden a los colombianos para volvernos a encontrar frente a una nueva jornada electoral para elegir esta vez a Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Concejales y Ediles a lo largo de todo el territorio nacional. Muchos dirán, una nueva oportunidad para el cambio…

Pero esa misma fecha se convierte en la fecha límite para que todos aquellos funcionarios que ocupando cargos de dirección y mando en muchas de las entidades oficiales, presenten su renuncia y oficialicen seguramente sus aspiraciones a alguno de los cargos de elección popular en juego.

En el Tolima los vientos electorales ya soplan, y con bastante fuerza en muchos de los Municipios, a hoy, se cuentan por docenas los candidatos a alcaldías en diversos Municipios, y ni que decir de los aspirantes a concejos; Sin embargo, llama poderosamente la atención que así como abundan las candidaturas nuevamente escaseen las propuestas, y nuevamente nos veamos avocados a campañas electorales no para ejercer un voto programático como lo consagra la Constitución Política, sino un voto clientelar, dadivoso, a un voto de botar y no de elegir, de votar.

Sin embargo hay un elemento que llama poderosamente la atención para las próximas elecciones, y tiene que ver con la modificación que se le hiciera  al artículo 323 de la Constitución Política, y que estableció la figura de la segunda vuelta para la elección de Alcalde Mayor de Bogotá. Sí, así como se lee, a partir de las próximas elecciones, en el caso de Bogotá se podrá presentar la figura de la segunda vuelta, y ésta ocurrirá si ninguno de los candidatos en contienda obtiene el 40% del total de los votos depositados por los ciudadanos y además aventaje al segundo en la contienda por mas de 10 puntos porcentuales. Si ningún candidato obtiene dicha mayoría se celebrará una nueva votación, que tendrá lugar tres semanas más tarde, en la que solo participarán los dos candidatos que hayan obtenido las más altas votaciones y será declarado alcalde quien obtenga el mayor número de votos en la segunda vuelta.

Esta novedad, se convierte en una ventana que se abre por primera vez en el país para que la figura de la segunda vuelta electoral aterrice en elecciones locales, por ahora –repito- solo aplicará para el caso de Bogotá, pero seguramente de los impactos que ello genere, se abrirá nuevamente el debate para implementarla a nivel territorial en elecciones por ejemplo como las de gobernaciones y alcaldías de capitales de departamento.

Otro de los elementos que sin lugar a dudas van a ser determinantes para las próximas elecciones y que resultan novedosos para la venidera contienda electoral, tiene que ver con la presencia de Gustavo Petro y Francia Márquez en la Presidencia de la República; por primera vez en la historia del país un gobierno alternativo, de corte progresista estará al frente del poder político y se convertirá en todo un reto para éste sector, afianzar su poder a nivel territorial. Luego entonces, también serán 12 meses de cuenta regresiva para medir el impacto del primer gobierno de los sectores de izquierda democrática en los comicios regionales. Una victoria en este escenario, consolidaría el viraje dado por los colombianos en las pasadas elecciones de Presidenciales y Parlamentarias, y permitirá avizorar con mayor claridad, la posibilidad real de la presencia de estas fuerzas aglutinadas en el entonces denominado “Pacto Histórico” en la Presidencia y el Congreso de la República por un par de periodos más. Aquí se juegan su futuro en el poder nacional, regional y local los sectores alternativos, y por primera vez son muchas sus apuestas.

 

Sin lugar a dudas tanto de los sectores de  izquierda como de los de la derecha, pueden surgir nuevos liderazgos que se convertirán en interesantes candidaturas para los electoras, pues insistimos -ante los vientos que acompañaron las pasadas elecciones presidenciales y parlamentarias- las próximas elecciones tienen un alto índice de probabilidad de no estar cooptadas en las dimensiones en que históricamente lo ha venido estando por ese nepotismo, clientelismo y compra de votos, lo cual puede llegar a afectar a los cacicazgos locales y desde luego a los clanes políticos del nivel regional.

Y un elemento final al cual también deberá considerársele durante los próximos 12 meses de ardua contienda, tiene que ver con la difícil y critica situación económica que se advierte podríamos experimentar como resultado de la vaticinada recesión económica mundial, y que desde ya empieza a golpear a nuestra economía, y que para el caso del Departamento del Tolima, se espera impacte con mayor severidad.

En el país desde ya se experimenta un alza histórica en la tasa de interés (9.25%), que la ubica como la más alta en los últimos en 14 años; en ese mismo sentido el peso sufre profundas devaluaciones frente a un dólar que supera también cifras históricas alcanzando valores superiores a los 4.500 pesos; una inflación que ya bordea el 11.5% la más alta en los 23 años y con una tasa nacional de desempleo de dos dígitos que se ubica en el 11,5% – y que para el caso de Ibagué por ejemplo alcanza 17,5%-, el panorama electoral no será ajeno y sin duda alguna también será golpeado por esta crisis económica.

Así pues, serán 12 meses de una campaña electoral con bastantes aderezos que le darán un toque de sabor especial a esta contienda, en la que todos los colombianos y por supuesto los tolimenses tendremos nuevamente en nuestro voto una enorme responsabilidad, definiremos el rumbo de nuestros departamentos y municipios para los próximos 4 años. Estamos a 12 meses.

 

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