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¿Paz Total?

¿Paz Total?
30 de Nov, 2022
Por: Jorge Enrique Robledo - @JERobledo

La “paz total” suena bien. Porque cuánto diéramos los colombianos por no haber padecido tantas violencias políticas, empezando por las de los liberales y los conservadores en los siglos XIX y XX. Y que desde los años sesenta del Siglo XX suframos por las violencias “de izquierda” que en Colombia y en otros países, en un error garrafal, intentaron copiar el alzamiento armado de Fidel Castro en Cuba. Pero en aras de la verdad también debe decirse que otros sectores “de izquierda” nunca han usado la violencia para promover sus puntos de vista.

Tan estériles han sido los errores cometidos con estas violencias –antes y después de la Constitución de 1991–, que suelo repetir la conclusión del padre Francisco de Roux como la mejor conclusión de este dolorosísimo drama que aún no termina: una violencia que “no mejoró nada y lo empeoró todo”. Y que el Estado –dicen los hechos–, nunca pudo terminar.

Bienvenido entonces el acuerdo que terminó con la violencia liberal-conservadora. Y los pactos con el M-19, con otros sectores y con las Farc, porque sus renuncias a la lucha armada redujeron la violencia y condenaron como equivocada la táctica de la combinación de todas las formas de lucha política –legales e ilegales–, como manera darles solución a las lamentables condiciones de vida del pueblo colombiano.

Y bienvenida la “paz total”, proceso más complejo que los anteriores por aquello de lo “total”, que implica acabar con tres violencias: la del ELN, la de los exmilitantes de las Farc que siguen en el monte porque no aceptaron los acuerdos o los incumplieron y la de los delincuentes comunes, exclusiva o principalmente narcotraficantes.


Con mirada optimista, aunque creo que no será fácil, veo factible un acuerdo de paz con el ELN, semejante al de las Farc. Aunque tiene mayores complejidades –por algunos ya señaladas–, también pueden salirse de la violencia los ex Farc que aun empuñan las armas. Pues, aunque suene a simple, esas paces son irreversibles si el Estado y cada grupo ilegal se deciden, pactan y cumplen los acuerdos.

La paz que veo imposible es la del narcotráfico. Pero no porque no pueda llegarse a acuerdos con quienes controlan ese negocio, así sean más complejos. Sino porque, aunque todos ellos se acuerden con el gobierno –posibilidad que insisto en observar viable–, no hay manera de impedir que otros narcotraficantes reemplacen a los actuales, empujados por un negocio descomunal, del orden de diez mil millones de dólares al año en Colombia, capaz de corromperlo casi todo, en negocios privados, la política y el Estado.

Este lío nos lleva entonces a debatir sobre cómo acabar con el súpernegocio del narcotráfico, solución que exige alguna forma de legalización del consumo, el comercio y la producción, verdad que nadie puede entender mejor que Estados Unidos. Porque, en 1920, ese país prohibió la fabricación, transporte y venta de las bebidas alcohólicas, medida absurda que disparó el contrabando de los licores, la corrupción y la violencia –con las inmensas ganancias propias del delito–, horrores que inmortalizaron los Al Capone de las películas y que terminaron en 1933, una vez los gobernantes, retornando a la sensatez, derogaron la prohibición.

La gran traba reside en que la única solución posible no le interesa al gobierno de Estados Unidos, país que gana de varias maneras con lo que ocurre: el negocio es inmenso porque es ilegal y allá se queda lo principal de las ganancias, sus políticos engatusan electores con el eterno debate del sí y el no y la prohibición y el crimen le justifican intervenir en otros países.

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¿Petro inteligente o ignorante?

¿Petro inteligente o ignorante?
27 de Jan, 2025
Por: Carlos Enrique Martinez Caballero, columnista invitado Tolima7dias.com.co

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Los colombianos estarán divididos en sus posturas para calificar a Gustavo Petro bajo la pregunta: ¿inteligente o ignorante? Sus seguidores, los once millones que votaron por él, posiblemente dirán que es brillante, pero los cuarenta millones restantes creo que considerarán que es un bruto o ignorante.

Podrían decir que es inteligente, toda vez que su postura como gobernante en las redes sociales hacia los Estados Unidos desaprobando el ingreso de los aviones y los connacionales, desvió la atención y el ruido constante en los últimos días que le generaba la incontrolable situación del Catatumbo, los fallidos diálogos con el ELN, el desplazamiento masivo en Norte de Santander como resultado de los enfrentamientos entre el ELN y las FARC, además de la reunión entre los ministros de defensa de Colombia y Venezuela, el aumento de la gasolina y el tema de la conmoción interior.

Aprovechó para nombrar a uno de sus guardianes pretorianos, que es Laura Sarabia, como Canciller de Colombia, posicionándola aún más en el gobierno y dándole vía libre frente a la comunidad internacional, permitiéndole hacer “lobby” y multiplicar sus ideas e intenciones, sin importarle los cuestionamientos, críticas e investigaciones vigentes que ella tiene.

De paso Petro logró dos cosas: fortalecerse entre sus seguidores utilizando a Colombia, USA y los repatriados como puente de lanzamiento para ser noticia en todo el mundo, uniéndose al discurso antiimperialista y ganar adeptos del mundo que se identifican con las ideas socialistas, revolucionarias y comunistas.

Pero también revivir la posibilidad de una reelección frente a sus once millones de seguidores en votos, que ya están trabajando para que continúe en el poder o colocar a uno de sus peones en el 2026.

Por su parte, otros lo considerarán un bruto o ignorante, al poder en riesgo otra vez la estabilidad del país, no solo en el tema de la supuesta “paz total” que no llegará por el tema de la inseguridad, sino también por lo económico y social; eso por tratar de mostrarle los dientes a la primera potencia del mundo en un momento totalmente innecesario.

Él, como presidente y su gobierno, ya habían aceptado con el gobierno saliente de los Estados Unidos más de dieciséis mil repatriados en los mismos aviones y con las mismas características diplomáticas manifiestas, lo que significa que el tema no era del Estado colombiano, sino una postura personal del presidente Gustavo Petro.

Quien, a la llegada al poder, desestabilizó la economía y el dólar dio un golpe tremendo al país; la inversión extranjera descendió y los indicadores mostraron inestabilidad. Ahora, con esta acción, nuevamente, por una ignorancia bien administrada, se pone en vilo una temática que afecta a los colombianos y que se creía superada.

Es estúpido no medir las consecuencias de sus actos y más de su parte, el que es guerrillero, senador, político ahora presidente y “economista”. Sus actos afectan más al pueblo que a él mismo o al gobierno; afectan la imagen de Colombia, a todos los que lo eligieron pensando que administraría bien el país, afecta a los empresarios y a los mismos colombianos que están radicados en los Estados Unidos. Para todo aquel que no entienda, Petro ya ganó todo y va por más. La pregunta sería: ¿Quién pierde con sus posturas incontrolables de medianoche?

A este conjunto de problemas se le debe agregar otra cosa, la seguridad; el principal aliado de Colombia en esta materia no es Venezuela, son los Estados Unidos, y cualquier restricción o desequilibrio afecta a todo el país, tema que ya surte efectos por falta de una política clara del gobierno, el rompimiento de relaciones con Israel y todo el fortalecimiento que no tiene la Fuerza Pública, tanto en materia de capacitación, intercambio de experiencia y recibo de recursos que mucha falta hace.

Para aquellos que deseen una explicación resumida, el ignorante de Petro actúa más por sus intenciones revolucionarias que por el pueblo de Colombia, arriesgando el todo por el todo de manera inteligente para mantenerse en el poder y seguir con las ideas donde inició su vida pública en el M19, pretendiendo posicionar e implantar el socialismo revolucionario y terrorista. Si esto no es terrorismo, entonces ¿qué es? Terrorismo: es todo aquello que cause intimidación o coerción de poblaciones.

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr”. “Soy ciudadano”.

Carlos Enrique Martínez Caballero

Tolima7dias.com.co Sabe lo que dice  

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